Intolerancia a la lactosa
¿Falta de la enzima o mala absorción?
Nacemos con una enzima llamada lactasa, encargada de degradar la lactosa como en el caso de la leche de lactancia.
A medida que nos hacemos adultos, se cierra el gen que produce esa enzima lactasa, por lo cual podemos decir que NO ESTAMOS DISEÑADOS PARA DIGERIR LECHE en la vida adulta.
Curiosamente…
Hay una parte del norte de Europa donde el 90% de la población SÍ puede digerir la lactosa en la vida adulta.
Eso implica una menor exposición a los rayos uva y por lo tanto una menor obtención de vitamina D.
El hecho de no producir vitamina D, ocasiona problemas de raquitismo en los huesos y un estrechamiento del canal del parto, implicando riesgo para el bebé y la madre.
Ante esta situación, estas personas generan la mutación conservanzo la enzima para poder digerir la leche, ya que la leche es una fuente rica en vitamina D.
La ganadería en Europa llegó hace muchísimos años, por lo que no tiene nada que ver con el tiempo de contacto que hemos estado con la leche, sino más bien al entorno y a la mutación ‘para sobrevivir’.
Ya se ha comprobado que cuanto más en el centro o sud de Europa, menos capacidad para digerir la lactosa, en España está entre el 30-40% la población capaz de digerir lactosa.
Por lo tanto cuando nos diagnostican de intolerancia a la lactosa no debemos verlo como algo raro sino como algo normal.
Pensemos… Si la leche no ha formado parte de la evolución en edades adultas, no tiene sentido que el ser humano dependa de la leche para tener mejor calidad de huesos, ni un mejor crecimiento, ni una mejor salud.
No es un alimento fundamental cuando no se trata de la leche materna
Si se decide beber leche porque hemos adquirido dicha mutación y se tolera, debe ser con lactosa y con su propia grasa, es decir, leche real, ya que si le quitan la lactosa añadiéndole la enzima lactasa y grasas, estamos procesando el alimento y ya no podríamos llamarle leche ni considerarla un alimento que nos aporte nada, más bien al contrario…
Otros estudios encuentran una posible asociación con enfermedades como la diabetes tipo 1 debido a una respuesta con algunas proteínas de la leche.
La industria alimentaria ha inculcado desde su existencia que ‘La leche tiene una gran cantidad de calcio’ Y es cierto, pero se han agarrado a eso para convertirla en el producto más importante para la calidad de nuestros huesos, y eso deja ya de ser del todo cierto…
A través de algunas verduras o frutos secos, por ejemplo, podemos encontrar incluso más cantidad de calcio aparte de otras propiedades más.
¿Cómo interacciona la leche con el sistema digestivo de cada persona?
Se habla en todo momento de la lactosa… Pero, ¿Qué pasa con la caseína?
La caseína es la proteína de la leche, la cual produce una especie de moco y puede ser una de las causas de esta conocida intolerancia.
Al igual que otros péptidos en la leche los cuales producen picos de insulina que pueden traer problemas y que tampoco servirían para nombrar la leche como un alimento estrella.
Es fácil y normal que al consumir leche se genere una reacción en su proceso de digestión.
Intolerancia a la lactosa y acidificación!
Es por eso que en muchas ocasiones aparece calcio elevado en los análisis de orina.
Eso demuestra que para mantener los huesos fuertes y sanos, tal y como nos prometieron, es más lógico abandonar dichos productos y hacer cambios en nuestro estilo de vida antes de sugerir aumentar la ingesta de leche.
Si se presentan bajos valores de calcio será mejor consumir alimentos de los cuales podamos aprovechar más nutrientes.
¿Por dónde empezar?
- Test espirado de aliento
- Test sanguíneo
- Test de Gaxilosa
- Biopsia del intestino delgado
- Test genético
Algunas más o menos fiables pero para al final llegar a una sola conclusión;
Si aparece el positivo podemos saber que no vamos a poder tolerar la lactosa por la falta de la enzima y no por ello vamos a dejar de estar más sanos. Más bien es lo más común entre la población Española.
Si obtenemos un negativo pero tenemos síntomas, pensaremos que esa prueba no es fiable por que no se corresponde con los síntomas que se presentan cuando se ingiere.
La conclusión es sencilla;
- Si tomas lactosa y te sienta mal, sabrás que es normal no disponer de dicha enzima y por lo tanto tendrás que dejar de ingerirla.
- Si tomas lactosa y te sienta bien, sabrás que has adquirido dicha mutación y podrás seguir con su ingesta siempre y cuando tu aparato digestivo no esté inflamado, ya que aunque dispongas de esa enzima debes saber que la lactosa de por sí puede inflamar el aparato digestivo por otros factores como la proteína, los azúcares presentes o las grasas.
*En mi caso, por ejemplo, no toleraba la lactosa debido al deterioro de mi aparato digestivo, pero cuando conseguí regenerar mi intestino de la permeabilidad intestinal y mi inflamación bajó, pude volver a ingerir lactosa sin encontrarme los síntomas que antes me ocasionaba.
Aunque también es cierto que ya no abuso tanto de ella debido a que soy consciente que puede irritar mi intestino.
*En mi caso, por ejemplo, no toleraba la lactosa debido al deterioro de mi aparato digestivo, pero cuando conseguí regenerar mi intestino de la permeabilidad intestinal y mi inflamación bajó, pude volver a ingerir lactosa sin encontrarme los síntomas que antes me ocasionaba.
La diferencia entre intolerancia y alergia.
La alergia tiene un origen inmunológico ante la proteína, la intolerancia es debida a la insuficiencia enzimática y la mala absorción es originada por un deterioro intestinal.
En el caso de la alergia es la proteína de la leche la causante y se suele diagnosticar desde muy temprana edad.
Por el contrario, la intolerancia y la mala absorción a la lactosa tiene como causante el azúcar de la lactosa y puede aparecer en edad adulta, sobre todo cuando la persona ya presenta algún problema digestivo de disbiosis, sobrecrecimiento bacteriano, exceso de fermentación…
Alternativas a la leche de vaca y a las bebidas procesadas
- Leche de cabra
- Leche de oveja
- Leche de almendra
- Leche de arroz
- Leche de coco
- Sin azúcares añadidos
El queso y el yogurt, son alimentos fermentados que han reducido la lactosa.
Incluso es posible que una persona a la que no le sienta bien la leche de vaca pueda ingerir sin problemas la leche, el queso o el yogurt de cabra o de oveja, ya que la proteína de éstas se asemeja mucho más a la proteína de la leche materna y facilita su absorción.
A día de hoy ya podemos ver como la industria se ha adaptado a esta información acerca de los lácteos y en los supermercados encontramos alternativas a la leche de vaca:
Pero hay que tener cuidado con las leches vegetales ya que algunas llevan aditivos, gomas, azúcares añadidos...
Además de que por supuesto hay que huir de las leches sin lactosa.
Cuando una persona de repente empieza a notar que no tolera bien la lactosa, puede analizar si solo le ocurre con ese alimento o también le ocurre con otros azúcares como por ejemplo los de la fructosa.
Cada vez se conoce más la relación entre dichas intolerancias y es indispensable conocer la causa que presenta esos síntomas, ya que en muchas ocasiones, eliminar dichos alimentos no es suficiente ni es la solución.
En el caso de la lactosa no hay problema en retirarla ya que conseguimos sus nutrientes de otras fuentes, en cambio la restricción de alimentos con fructosa (que suelen estar presentes sobre todo en frutas y verduras) no debe ser muy prolongada ya que estos alimentos sí se pueden considerar necesarios para una alimentación diaria y saludable.
Para ir entendiéndolo más...
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Ariadna Pastor Sánchez
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